miércoles, 22 de agosto de 2007

La familia 2

Recuerdo aquel chico, al que mi amiga le había traído el último libro de Isabel Allende desde España(porque en Cuba estaban prohibidos) cómo me enseñaba la foto de su hija pequeña,-dentro de un cesto, con un globo, bailando-!qué orgulloso estaba!.
-No vivo con ella, no he he casado, y tampoco tuve apenas ninguna relación con la madre,pero la veo siempre que puedo,! es mi tesoro!, vive con su madre, y a veces, cuando puedo tenerla, (su trabajo como librero en La Plaza de Armas de la Habana Vieja, no le debía dejar mucho tiempo) la traigo a casa, con mi madre y conmigo.
-No, los cubanos no se casan, o si lo hacen, cada vez menos, ¿qué razón podían tener para casarse, si el único premio -por parte del gobierno,claro- era una estancia en un hotel para turistas?, y si, para amarse y respetarse , no hace falta pasar por la Iglesia o el Juzgado, y además, aunque en Cuba hay escasez de viviendas, se prefiere vivir con la madre de uno, que con la mujer en mala convivencia-sí, así pensaba más de uno.
Uno de los choferes que llevábamos en le autobús mientras recorríamos la isla, me contó que él,nunca se había casado, pero que vivía con la madre de sus hijos y con su suegra.
Hablando con él de la Revolución, me dijo, que su suegra había sido alfabetizadora en Sierra Maestra.
!Que lejos quedaba ya el espíritu de la Revolución!-pensaba yo.
Otro día, un chico que era maestro, aunque trabajaba como guia en un Parque Jurásico, me comento que si si una chica que estuviese buscando pareja, se enteraba que eras maestro, dejaba de hablarte, pues los maestros ganaban muy poco.Estaba claro,-y los ojos de ese chico así me lo decían- que el espíritu de La Revolución había muerto, al menos para los más jóvenes, que eran más materialistas.
Así era normal que todos aspirasen a ser guias de turistas, pues de las propinas nuestras , ellos podían vivir mejor, o sea que si vais a Cuba, no lo olvidéis, sed generosos!.

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